Imagina estar sola en casa cuando, de repente, suena el timbre y al abrir la puerta te encuentras con Luis Miguel parado en el marco, sonriendo. Este es el sueño de cualquier fan del llamado «Sol de México», una experiencia que solo Lucía Méndez pudo vivir, según ha revelado en distintas ocasiones.
La historia entre «La Méndez» y Micky se remonta a 1988, cuando ella era una de las máximas estrellas de la televisión y él estaba dando sus primeros pasos en la industria del entretenimiento.
A pesar de la diferencia de edades (ella tenía 32 años y él 17), el romance entre ambos fue intenso, según ha contado Lucía. Sin embargo, recientemente ha dado detalles que nunca antes había revelado, como que el intérprete de «La incondicional» la habría emborrachado para estar juntos.
Según explicó, en una ocasión ambos se hospedaron en el mismo hotel, y Luis Miguel llegó a su habitación con una botella de champagne en la mano para hablar sobre la desaparición de su madre.
Aunque al principio ella se negó a dejarlo entrar, finalmente accedió ante la insistencia del cantante, y una cosa llevó a la otra.
«Me tomé la copa y no supe qué pasó. Me emborraché, creo que de alguna manera porque no había comido y estaba cansada. Me subió muy rápido y amanecí con Micky al lado»,afirmó Lucía.
Al despertar por la mañana, Lucía se sorprendió al ver a Luis Miguel en su cama y al cuestionarlo sobre lo sucedido, él simplemente respondió: «No hay problema, ya pasó».
La actitud de Luis Miguel molestó tanto a Lucía que no solo le reclamó, sino que lo echó del lugar, expresando su disgusto por haber sido emborrachada.
Aunque el romance nunca fue formal, la química entre ellos resurgió en sus encuentros posteriores, a pesar de la diferencia de edad.
«Nos llevábamos muy bien y había una buena química. Le llevaba años y no iba a suceder nada bueno, la verdad siempre traté de no enamorarme», aseguró Lucía.