La capital de Argentina, Buenos Aires, y la provincia homónima amanecieron este miércoles con alerta por fuertes tormentas y vientos, que han causado daños materiales y la cancelación de vuelos en los principales aeropuertos.
El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) elevó a naranja la alerta por tormenta, que implica lluvias intensas con caída de 50 a 90 milímetros de agua, con ráfagas de más de 90 kilómetros por hora y caída de granizo, y alerta amarilla por vientos de 30 a 70 kilómetros por hora con ráfagas de más de 100 kilómetros por hora.
La alerta naranja por tormenta -que alcanza al este de Argentina en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos, Córdoba y La Pampa- se refiere a fenómenos que pueden ser peligrosos para la sociedad, la vida, los bienes y el medio ambiente.
En tanto, la amarilla por viento -que abarca casi todo el país, salvo los extremos norte y sur- supone la interrupción momentánea de actividades cotidianas.
El operador del aeropuerto internacional Ministro Pistarini, situado en Ezeiza (provincia de Buenos Aires), y el Aeroparque Jorge Newbery, de la capital argentina, informaron que, debido a las condiciones meteorológicas, «los vuelos pueden verse afectados con demoras o cancelaciones».
También se coteja que hubo vuelos desviados en la web de Aeropuertos Argentina 2000. Por el momento, hay más de 50.000 vuelos cancelados en total en ambos aeropuertos.
De hecho, el SMN informó de que hasta las 9:00 hora local (12:00 GMT) habían caído 103 milímetros de lluvia en Ezeiza.
Además, más de 76 mil usuarios se encontraban sin servicio eléctrico esta mañana en el área metropolitana de Buenos Aires, según el ente regulador de la electricidad.
Las intensas lluvias no dan descanso al centro-este del país desde la semana pasada, lo que, sumado a las altas temperaturas, aumenta el riesgo de crecimiento en las cifras de dengue, entre otros peligros.
Con información de DW.