El ímpetu no evitó una nueva derrota de los Pistones, que desde anoche son el equipo con la peor racha de reveses en una misma temporada de la NBA al caer frente a sus aficionados por vigesimoséptima ocasión de forma consecutiva.
Ahora se abre en el horizonte una nueva marca para el bochorno de 28 descalabros en fila en un lapso de dos campañas, que establecieron los Sixers de las campañas 2014-2015 y 2015-2016.
Los Pistones cambiaron la calidad y eficacia por deseos de darle un vuelco a su triste realidad. El sábado 23 de diciembre, en la víspera de Navidad, se habían unido a los Cavaliers de la campaña de 2010-2011 y a los Sixers de 2013-2014 como las franquicias con peores rachas en fase regular de una misma campaña con 26 descalabros.
Anoche en el Litttle Ceasers Palace de Detroit, alrededor de 20 mil aficionados vieron como su equipo fue incapaz de mantener la ventaja de cinco puntos que construyó después de mucho esfuerzo cuando colocaron el marcador 97-92 restando menos de siete minutos. En ese momento parecía que el equipo estaba enfilado a volver a ganar por primera ocasión desde el 28 de octubre, cuando lo hicieron por segunda ocasión en la campaña ante los Toros.
Pero volvieron a mostrarse ineficaces a la ofensiva y cedieron muchas segundas oportunidades a los Nets, que aprovecharon para retomar la ventaja cuando se pusieron 99-97 con 6:33 por jugar.
A los Pistones se les acabaron las ideas y todo lo dejaron para que lo tratara de resolver su estelar guardia Cade Cunningham, quien encestó los últimos 18 puntos del equipo desde que clavó un triple a falta de 8:10 minutos. Terminó con 41 puntos en buena medida porque sólo él no mostraba temores para atacar el aro o tomar alguna rendija a larga distancia en busca de darle vida a su equipo.
El panorama ahora luce más complicado para los Pistones en busca de evitar hilvanar su vigesimoctava derrota en fila cuando deban visitar el jueves a los Celtics, que van invictos en casa.
*mcam