Los Eagles viajaron a Kansas City con la venganza en la mente y regresaron a Filadelfia con una victoria que ayuda aliviar la derrota del Super Bowl LVII.
En el Monday Night más esperado de la temporada, los Eagles emitieron un mensaje al resto de la liga al sacudir la corona de los Chiefs.
Si bien el triunfo que hubiera querido el equipo de Filadelfia fue en el partido que se disputó en Phoenix, el de anoche los catapulta como los favoritos a ganar el trofeo Vince Lombardi que estará en disput en Las Vegas.
Bajo una intensa lluvia que se mantuvo durante casi todo el encuentro, Jalen Hurts añadió medallas a su vitrina de honor, protagonizando una noche en el que se volvió el mayor dolor de cabeza para la defensiva de los Chiefs gracias a su movilidad e inteligencia para concretar las jugadas claves.
Lo mejor de Hurts llegó en la parte final del encuentro cuando llevó a la ofensiva de Filadelfia a recorrer 80 yardas y terminar con el balón en las diagonales para consumar una remontada.
Hurts terminó la noche con 150 yardas por pase y 32 por tierra, con dos anotaciones por esta vía.
Debido a la inclemencia del tiempo, el partido que se supone sería un espectáculo ofensivo, fue dominado por las defensivas. Y fue precisamente con este departamento con el cual Filadelfia logró la venganza al sostener el triunfo en la última posesión del balón de Kansas City.
En el primer cuarto Patrick Mahomes eludió múltiples tacleadas y esperó para que su receptor Justin Watson cruzara el campo para conectarse en un envío de tres yardas que subió los primeros seis puntos al marcador.
Los Eagles constestaron en su siguiente serie ofensiva luego de recorrer 75 yardas para terminar en la zona de anotación con un acarreo de cuatro yardas por parte de D’Andre Swift.
La defensiva de los Eagles ya no le permitió puntos en la segunda mitad a los Chiefs.
cva