La reducción de la jornada laboral, de 48 a 40 horas semanales, podría representar un incremento del 20% en los costos de producción para el sector industrial, los cuales se verían reflejados en los precios a compradores, reconoció la presidenta nacional de la CANACINTRA, Esperanza Ortega Azar.
Señaló que estos costos se deberían al incremento de nóminas para cubrir turnos, sumado a otras prestaciones que se han aplicado como incremento al salario mínimo y más días de vacaciones.
Reconoció que todos estos costos terminan siendo trasladados a los compradores finales que forman parte de una cadena de producción más grande, muchos de ellos bajo el concepto de exportación.
En este sentido, algunos productos en los que México tiene amplia participación del sector industrial, como automóviles y electrodomésticos, también podrían resentir un gasto extra dentro de las empresas y subirse sus precios al consumidor final.
Cabe recordar que el sector industrial y manufacturero del país cuenta con una plantilla laboral aproximada a los 10 millones de trabajadores, desde altos directivos hasta personal de planta.
Alan García.