El ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, reconoció la «lealtad» de las Fuerzas Armadas rusas.
Esto debido a que ayudaron a detener un intento de rebelión del grupo mercenario privado Wagner, mientras el Kremlin elogiaba a los servicios de seguridad por su papel.
Shoigu dijo que la rebelión era un «intento de desestabilizar la situación en Rusia», pero que había fracasado «principalmente porque el personal de las Fuerzas Armadas mostró lealtad a su juramento y deber militar».
Rusia vislumbró la amenaza de una insurrección armada a finales de junio, con los mercenarios del Wagner Group marchando hacia Moscú.
Esto mientras el Presidente Vladimir Putin juraba represalias, todo ello antes de que un repentino acuerdo pareciera desactivar la crisis tan rápidamente como había surgido.
En sus primeros comentarios desde el motín de 24 horas, Shoigu añadió que «la provocación» no tuvo ningún impacto en las acciones de las tropas rusas en Ucrania, donde los militares «valiente y desinteresadamente siguieron cumpliendo las tareas que les fueron asignadas».
«Doy las gracias al personal (militar) por su abnegado servicio», añadió el ministro.
El Kremlin también reconoció a la agencia de seguridad rusa por su papel en la represión del intento de rebelión.
En declaraciones,el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, elogió el «eficaz funcionamiento de los servicios especiales y las agencias gubernamentales, incluido el Servicio Federal de Seguridad (FSB, por sus siglas en inglés).»
Peskov hizo hincapié en el cumplimiento eficaz de los deberes por parte de todos los servicios.
«Todos los servicios, ministerios, departamentos, servicios especiales están cumpliendo eficazmente sus funciones», dijo.
Añadió que Putin había expresado su gratitud por el alto nivel de unidad y consolidación entre las fuerzas armadas y los servicios especiales durante estos «días difíciles».
Con información de CNN.