La UEFA abrió un proceso disciplinario contra José Mourinho, técnico de la AS Roma, por haber insultado al árbitro de la final de la Europa League, perdida el miércoles contra el Sevilla (1-1 tras la prórroga, 4-1 en penales).
En un video grabado en el estacionamiento del estadio, el técnico portugués dijo en varias ocasiones al árbitro inglés Anthony Taylor «p… vergüenza, es una p… vergüenza», un «comportamiento incorrecto» castigado según el reglamento de la UEFA con una suspensión, que además podría ir acompañada de una multa o un «trabajo de interés general al servicio del futbol».
Durante un partido especialmente tenso, el árbitro distribuyó hasta 13 amonestaciones, 7 de ellas a jugadores de la Roma, y se jugaron en total más de 25 minutos de añadido debido a las numerosas interrupciones.
Según la organización inglesa de árbitros PGMOL, Anthony Taylor y su familia además fueron «acosados e insultados» por aficionados de la Roma en el aeropuerto, hechos no tenidos en cuenta por la UEFA cuyas competencias no sobrepasan los límites del estadio.
Los procesos disciplinarios de la UEFA apuntan también a los dos equipos por una serie de infracciones más habituales en la escena europea: «invasión de campo, lanzamiento de proyectiles, encendido de bengalas y comportamiento incorrecto del equipo» para el Sevilla, y «lanzamiento de proyectiles, encendido de bengalas, degradación, movimientos de masas y comportamiento incorrecto del equipo» en el caso de la Roma.