Gustavo Petro, presidente de Colombia, pidió la renuncia de todo su gabinete en medio de las dificultades que enfrenta el gobierno para que sus proyectos de ley sean aprobados en el Congreso.
La solicitud, confirmada por los altos funcionarios bajo anonimato, no ha sido oficializada aún por Petro, quien es el primer presidente izquierdista del país.
En Twitter el presidente mencionó un «replanteamiento del gobierno», después de poner fin a alianzas con partidos tradicionales.
Petro hasta ahora no ha hecho realidad los cambios profundos que prometió en campaña sobre el sistema laboral, de salud, de pensiones y de justicia, entre otros.
El gobernador de Colombia expresó durante un evento que un «gobierno de emergencia» debía instalarse en Colombia «dado que el Congreso no fue capaz de aprobar unos simples artículos muy pacíficos» sobre la repartición equitativa de la tierra.
Cabe señalar que Petro había conformado un primer gabinete alejado de las fuerzas de izquierda que lo llevaron a la presidencia y optó por políticos de centro y derecha o académicos como el economista José Antonio Ocampo (Partido Liberal).
En Defensa ubicó al investigador contra el crimen Iván Velásquez y en Relaciones Exteriores al conservador Álvaro Leyva.
«El cambio de gabinete no pinta bien para los que representan los partidos tradicionales o los que le han dicho ‘No’ a las reformas», opinó en Twitter Sergio Guzmán, director de la consultora Colombia Risk Analysis.
Desde el inicio de su gobierno el presidente a enfrentado constantes cambios en su equipo de trabajo por renuncias o decisión propia.
El 15 de febrero el mandatario pidió a sus simpatizantes salir a las calles para presionar la aprobación de sus reformas.
El 28 de febrero cesó a tres de sus ministros, entre ellos el centrista Alejandro Gaviria, de la cartera de Educación, cuyas críticas a la reforma sanitaria propuesta por el gobierno se filtraron a la prensa.
También sacó del Ministerio del Deporte a la excampeona olímpica María Isabel Urrutia, acorralada por un escándalo de corrupción, y a Patricia Ariza de Cultura, sin justificar la decisión.
Con información de Excélsior.
