Las autoridades de Turquía, después de un mes de los terremotos que registró el país, continúan trabajando para identificar alrededor de 2,500 cadáveres. Gracias a pruebas de ADN, la cifra disminuye diariamente.
Los equipos de rescate tomaron muestras de los cadáveres que no podían ser identificados de inmediato para poder compararlo con el ADN de quienes buscan algún familiar desaparecido. Hay algunos casos donde se enterró a las víctimas antes de tomar una muestra y será necesario volver a abrir la tumba.
«Alguien identifica a un cadáver como un miembro de la familia, dice por ejemplo que es su madre y se entierra como tal, pero más tarde ve que debajo de los escombros encuentran el cuerpo de su madre, y hay que abrir la tumba para volver a enterrar a la primera persona en un cementerio para desconocidos; eso ocurre», explicó Ahmet Hilal, forense turco.
Los sismos en Turquía han dejado aproximadamente a 47,000 muertos en once provincias. 230,000 edificios han quedado destruidos o dañados.
Fuente: SWI y EFE
