Los nigerianos comenzaron a votar este sábado para elegir a su presidente por los próximos cuatro años, en unos comicios inciertos y en medio de una profunda crisis económica y de seguridad en el país más poblado de África.
Más de 87 millones de nigerianos están llamados a sufragar en 176 mil puntos de votación, que debían abrir a las 08:30 pero en muchos lugares, como en Lagos (suroeste), Port Harcourt (sureste) o Kano (norte), el material no estaba listo. El mandatario saliente, Muhammadu Buhari, de 80 años, desde hace ocho en el poder, no pudo presentarse debido a que la Constitución limita el ejercicio del cargo a dos mandatos.
«Esperaré aquí para emitir mi voto. Si no voto, ¿cómo cambiarán las cosas?» dijo Halima Sherif, de 23 años, cuyo centro de votación en la ciudad norteña de Kano no había comenzado a operar a la hora del cierre.
Millones de nigerianos están llamados a votar por un nuevo presidente. (AFP)
Su presidencia estuvo marcada por un aumento explosivo de la inseguridad y la pobreza en este país, mayor productor de petróleo del continente, donde el 60% de sus 216 millones de habitantes tiene menos de 25 años. Por primera vez desde la instauración de la democracia en 1999, el pleito, con tres candidatos fuertes, podría dirimirse en una segunda vuelta.
La campaña estuvo marcada por la irrupción de un popular exgobernador, Peter Obi, de 61 años, del Partido Laborista (PL), que con sus promesas de cambio amenaza la hegemonía de los dos partidos tradicionales en esta excolonia británica, independiente desde 1960.
El Congreso de Todos los Progresistas (APC), de Buhari, presenta para sucederlo a Bola Tinubu, de 70 años, apodado «el padrino» por su enorme influencia política. El Partido Democrático Popular (PDP) presenta al exvicepresidente (1999-2007) Atiku Abubakar, de 76 años, que intentará por sexta vez alcanzar la magistratura suprema, argumentando que su sagacidad en los negocios le permitirá «salvar» a Nigeria.
Los resultados se anunciarán en los 14 días posteriores a la consulta. En caso de segunda vuelta, se realizará en un lapso de 21 días. Estos comicios son seguidos con atención fuera de Nigeria, después de que los golpes de Estado de Malí y Burkina Faso pusieran en entredicho la democracia en África occidental, confrontada además a la propagación de los grupos armados islamistas.
Las primeras horas de la votación se realizó con varios incidentes en las urnas. (AFP)
Los desafíos de Nigeria ante estas elecciones
El vencedor en las urnas deberá afrontar los numerosos problemas que atraviesa la principal economía de África, desde la inflación y el aumento de la pobreza hasta la inseguridad y la violencia yihadista, pasando por un movimiento separatista en el sudeste.
«No tenemos combustible, tampoco tenemos comida. Todo el mundo sufre», lamentaba la víspera de la votación un habitante de Lagos, capital económica del país, Abdulahi Audu, de 31 años, que irá a votar porque «el país necesita un cambio».
La campaña también estuvo marcada por los ataques contra candidatos locales, militantes, puestos de policía y puntos de votación. La inseguridad generalizada en el país, donde se han registrado tasas de abstención superiores al 60%, «podría afectar a la votación», alertó el International Crisis Group. Para los comicios, se movilizaron unos 400 mil miembros de las fuerzas de seguridad.
También influyen los factores étnicos y religiosos, en un país con 250 grupos étnicos, divididos entre el norte, mayoritariamente musulmán, y el sur, mayoritariamente cristiano.
El actual presidente debe dejar el cargo por cumplir el periodo legal de mandato. (AFP)
La identificación de los empadronados mediante reconocimiento facial y digital, y la transmisión de los resultados por vía electrónica, deberían limitar el riesgo de fraudes como los que empañaron comicios anteriores, espera la Comisión Electoral. Pero el recurso a nuevas tecnologías, novedoso a escala nacional, hace temer fallas en el sistema.
En una rueda de prensa televisada, el presidente del INEC (el órgano electroal), Mahmood Yakubu, dijo que seis máquinas biométricas habían sido robadas en el norte del estado de Katsina y dos en el sur del estado de Delta. También reconoció los retrasos, pero dijo que los votantes podrían emitir sus votos. «La elección se llevará a cabo y nadie será privado de sus derechos», dijo.
«Es frustrante que el órgano electoral no esté preparado para nosotros. Todo lo que queremos es votar», dijo Sylvester Iwu, quien se encontraba entre una gran multitud que esperaba en un colegio electoral en Yenagoa, la capital del estado de Bayelsa.
El país sufre una crisis económica y altos índices de violencia. (AFP)
Las elecciones en Nigeria se han visto frecuentemente sacudidas por episodios de violencia, tensiones políticas y étnicas y problemas logísticos. En 2019, la Comisión Nacional Electoral Independiente (INEC) aplazó los comicios una semana, apenas unas horas antes de la apertura de las oficinas de voto.
Otro factor de consecuencias políticas impredecibles proviene de la falta de liquidez bancaria, debido a la decisión del banco central de reemplazar la divisa nigeriana, el naira, por una nueva, para tratar de contener la corrupción y la inflación. Esa medida dejó a muchos nigerianos sin medios para hacer sus compras o usar los transportes públicos y atizó el descontento con el gobierno de Buhari.
Con información de Excélsior