Los ojos del mundo se posaron sobre Turquía, Siria, Líbano, Chipre e Irak cuando un terremoto de 7.8 grados cimbró la tierra en una de las peores catástrofes vividas en aquella zona. Apenas una semana antes de la tragedia, la mexicana Sofía Álvarez fue presentada como nueva jugadora del club turco Besiktas Femenil.
Para fortuna de la mexicana, el distrito de Besiktas, una localidad ubicada al interior de Estambul, se ubica a poco más de 600 kilómetros de la zona afectada, pero no por ello la joven futbolista es ajena a la dura realidad que vive en Turquía.
Tras lo ocurrido, el club decidió parar unos días los entrenamientos y fue hasta este jueves cuando reanudaron la actividad futbolística, pero el verdadero trabajo, la labor de acopio y ayuda humanitaria jamás cesó.
El Vodafone Park, casa del Besiktas en la Superliga de Turquía, se ha convertido en un centro de acopio en dónde los jugadores de todas las categorías y géneros se han reunido para recibir donaciones, no solo de los seguidores a las águilas negras, sino también los fanáticos de su acérrimo rival en el terreno de juego, el Galatasaray. Hoy quedaron de lado las diferencias en la cancha, sin importar los colores, Turquía está unido.
Sofía, comenzó su carrera profesional a los 18 años con Querétaro, después de un breve paso por el futbol español con el Valencia, despertó el interés del Besiktas. El equipo turco ha sido su casa apenas por un par de semanas y en este corto periodo ya ha formado lazos irrompibles con sus compañeras quienes también buscan brindar apoyo, aún a kilómetros de distancia, a aquellos que lo han perdido todo, menos la esperanza.
En cuanto a sus aspiraciones, ‘Sofi’ sueña con jugar la Champions League y pronto recibir un llamado de la Selección Mexicana.
Vía: Excelsior