Leo Messi y Luka Modric son dos astros del futbol. El primero ha ganado siete Balones de Oro y el segundo uno. El argentino tiene cuatro Ligas de Campeones y el croata cinco. Y este martes se enfrentan con sus selecciones en semifinales del Mundial en busca de una revancha.
Messi, de 35 años, y Modric, de 37, llegaron con sus selecciones a las finales respectivas de los Mundiales de Brasil 2014 y Rusia 2018, y perdieron.
Aquella espinita clavada se la pueden sacar ahora si consiguen el título en Qatar, del que están a dos pasos.
Uno de ellos verá evaporado su sueño este martes, mientras que el que salga vencedor de este duelo tendrá una nueva oportunidad de ser campeón del mundo el domingo en el estadio de Lusail, el mismo en el que se enfrentarán este martes en semifinales.
En esa soñada final se verían las caras con el vencedor de la otra semifinal, que disputan Francia y Marruecos el miércoles en el estadio Al Bayt de Al Khor.
Y en esa otra semifinal, el optimismo marroquí se ha desbordado tras hacer historia, eliminando a Bélgica, España y Portugal.
«He dicho a los jugadores: si estáis contentos por llegar a las semifinales y pensáis que pase lo que pase, lo hemos logrado el Mundial, yo no lo creo. Queremos ganar el Mundial», dijo este el técnico marroquí, Walid Regragui.
Una de las dos leyendas, Messi o Modric, se despedirá este martes de su sueño de ser campeón del mundo, ya que con su edad será difícil ver jugar a Messi y Modric otro torneo, sobre todo en el caso del croata, dos años mayor, aunque el mundo del futbol se resiste a perder a uno de estos dos genios sobre la cancha.
Un ejemplo es el seleccionador de Argentina, Lionel Scaloni, que dejó la puerta abierta a que su equipo siga disfrutando de Lionel Messi, al ser preguntado el lunes si este Mundial supone una presión añadida por ser el de la posible despedida de la gran estrella.
«Vamos a ver si sigue jugando o no» después con la Albiceleste, respondió Scaloni durante la conferencia de prensa de la víspera de la semifinal mundialista ante Croacia.
Messi, con sus 35 años, afirmó en la víspera del debut argentino en el Mundial que estaba «seguramente» ante su último Mundial.
Scaloni, caballeroso, también se resistió a la idea de perder de vista a Modric dentro de una cancha.