Las nuevas leyes laborales de México establecen una base sólida para atraer inversión extranjera directa que genere más empleos dignos, consideró en entrevista Pedro Furtado de Oliveira, director de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para México y Cuba.
Furtado señaló a la agencia EFE que la reforma laboral mexicana de 2019, en materia laboral y libertad sindical motivada por el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), sumada a las condiciones geográficas, hacen del país un lugar ideal para aprovechar la diversidad de acuerdos comerciales.
Afirmó que las empresas extranjeras “están viniendo (a México), pero bajo un nuevo modelo laboral”, lo que “es muy bueno”.
También señaló que la oportunidad del país no radica en salarios más bajos frente a la industria global, sino en generar una matriz productiva con condiciones laborales dignas que permitan incentivar la productividad de los empleados.
“El modelo productivo mexicano está en proceso de cambio, las relaciones laborales están en plena transformación y se está buscando el equilibrio productivo”, opinó.
El funcionario internacional observó que actualmente se vive una transformación laboral mexicana que está permeando en todos los actores del trabajo, desde las maquilas hasta el sector agropecuario, y en casos como el trabajo remoto, híbrido y el presencial.
Aunque reconoció que la mano de obra se está concentrando en el norte de México por la cercanía con Estados Unidos y la oportunidad que brinda la relocalización de las cadenas globales de proveeduría, tras la disrupción de la pandemia y ahora por la guerra entre Rusia y Ucrania.
Recientemente, la secretaria de Economía mexicana, Raquel Buenrostro, reveló que al menos 400 empresas estadounidenses tienen la intención de mudar sus plantas productivas de otras regiones a México.
“Esa dinámica de una reforma laboral ya viene hace mucho tiempo, antes mismo que tuviéramos un acuerdo comercial. Eso está agregando valor para que los actores de trabajo, del sector sindical, entiendan que tenemos desafíos muy importantes de México, como, por ejemplo, la informalidad”, agregó.
En este sentido, insistió en que “es un proceso que se está justamente construyendo para que México consiga generar más y mejores trabajos”.
Furtado añadió que, si bien los efectos no serán inmediatos, se tiene una base para alcanzar la justicia social y laboral.
“No estamos por ver ahorita los resultados concretos, pero ya se está construyendo una dinámica muy prometedora para que México pueda alcanzar este concepto mexicano que es la justicia social”, concluyó.