El joven cuenta que apenas tocó el timbre para buscar al deudor, pero nunca imaginó que el perro que lo miraba desde la azotea le arrojara un tabique, mismo que no tuvo oportunidad de esquivar.
Se sabe que los hechos ocurrieron en un domicilio del Estado de México y los dueños de la casa se negaron a pagar los gastos médicos del ataque del perrito.
La historia de Ian generó sorpresa entre usuarios de redes sociales e incluso desató un debate sobre si es cierto este ataque.
Excelsior