La monja colombiana María Berenice Duque Hencker, que dedicó su vida a servir a los pobres, a los niños y a las mujeres, fue beatificada este sábado en una misa solemne en la Catedral Metropolitana de Medellín, oficiada por el cardenal Marcello Semeraro, prefecto para la Congregación de las Causas de los Santos.
«Nuestra beata superó muchas pruebas, contrastes e incomprensiones siguiendo el buen ejemplo de la Virgen María. Los pobres estaban en el centro de su existencia, y para evangelizarlos fundó una familia religiosa. Tenía en particular amor por los niños más pobres, a los que consideraba los favoritos del Señor”, dijo el cardenal en la homilía de la beatificación.
La monja, cuyo nombre de pila era Ana Julia Duque Hencker, nació en Salamina, en el departamento de Caldas, el 14 de agosto de 1898 y murió a los 95 años, el 25 de julio de 1993, en Medellín, donde hizo la mayor parte de su obra.
El proceso para su elevación a los altares comenzó en mayo de 2002 y el papa Francisco aprobó en febrero de 2019 el decreto que reconocía en la monja “virtudes heroicas”.
El milagro que se le atribuye y que permitió su beatificación fue la cura del joven Sebastián Vásquez, quien desde niño sufría una enfermedad huérfana, llamada pandisautonomía idiopática, por la que estuvo nueve años en silla de ruedas y con alimentación a través de una sonda.
“Cuando Sebastián llevaba casi un año hospitalizado, una de las monjitas le llevó un vitral y la estampita de María Berenice. Él empezó a orar todos los días. Decía que estaba conversando con una monjita”, relató a periodistas María Eugenia Sierra, madre de Sebastián, quien falleció hace un mes por otras causas.
López-Dóriga Digital