Luego de una jornada violenta que según informes oficiales dejó un saldo de 22 vehículos incendiados, la frontera amaneció desolada y mientras las calles lucían desiertas los establecimientos comerciales no levantaron su cortina.
Más de 2 mil policías y 3 mil elementos militares patrullaron la ciudad y el resto de los municipios de Baja California donde se registraron ataques, aunque la autoridad no reporta víctimas mortales.
Desde las primeras horas del sábado la gobernadora Marina del Pilar Ávila se reunió con mandos militares en el cuartel Morelos de Tijuana a fin de tomar medidas de seguridad para el estado.
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