Los muertos por las intensas lluvias y deslizamientos de tierra en Pernambuco, Brasil, llegaron a 91, mientras que 26 personas siguen desaparecidas, según el balance del Gobierno estatal.
Además, alrededor de 5 mil personas se han quedado sin hogar, después de que fuertes lluvias azotaron dos importantes ciudades en la costa atlántica. Fue la cuarta gran inundación en la nación sudamericana en cinco meses.
El lugar más afectado fue la región metropolitana de Recife. La condición de 63 municipios está en seguimiento y 14 fueron declarados situación de emergencia, según la Defensa Civil Nacional.
Ante esto, el gobierno brasileño desplegó más de 400 efectivos militares, en apoyo de la Defensa Civil y las agencias de seguridad locales.
El Centro Nacional de Gestión de Riesgos y Desastres de la Defensa Civil se encuentra en alerta roja (máxima), con tormentas que alcanzaron los 200 mm de precipitación.
El presidente Jair Bolsonaro realizó el lunes un vuelo en helicóptero sobre parte de las zonas afectadas, pero luego dijo a la prensa que no pudo aterrizar debido a la inconsistencia del terreno.
Ante esto, la Comisión Interamericana deDerechos Humanos (CIDH) expresó preocupación por las afectaciones y víctimas.
A su vez, la Secretaría de Relaciones Exteriores de México (SRE) lamentó la situación generada por las lluviasy expresó su solidaridad.
A esto se sumó Martín Borrego Llorente, directorgeneral para América del Sur de la SRE y reiteró su apoyo a la comunidad mexicana en las zonas afectadas.
A finales de diciembre y principios de enero, docenas de personas murieron y decenas de miles fueron desplazadas por las lluvias que azotaron el norteño estado de Bahía.
A su vez, en enero, al menos 18 personas murieron por las inundaciones en el estado de Sao Paulo, mientras que en febrero lluvias torrenciales en el estado de Río de Janeiro causaron más de 230 muertos.
Aristegui Noticias