Las consecuencias sociales de la pandemia de COVID-19 incidieron en el retroceso, por primera vez en 42 años, del desarrollo humano a nivel mundial.
Mario Luis Fuentes Alcalá, presidente del Patronato Universitario de la UNAM, explicó que la crisis por COVID-19 afectó los ingresos, la salud y la educación.
La pandemia persiste y tendrá todavía un largo proceso”, indicó al ofrecer la conferencia magistral ‘Pensar la Cuestión Social en el Siglo XXI’.
Fuentes Alcalá expuso que la pandemia permite percibir una nueva cuestión en la cual la enfermedad y la muerte no son un dato de salud sino la expresión de las desigualdades.
Detalló que el “quédate en casa” en México visibilizó que existen 7.9 millones de viviendas sin agua entubada en el interior, 1.5 millones sin drenaje; 1.2 millones con piso de tierra y en 4.4 millones se usa carbón y leña para cocinar.
Además, 4.3 millones carece de refrigerador y 9.54 millones de lavadora. Peor aún, en casi un millón de hogares una niña o niño comió solo una vez al día o ninguna.
El impacto del confinamiento ha sido enorme, pero sobre todo la falta de una estructura pública, gubernamental, que genere crecimiento con equidad y empleo, que vaya más allá de transferencias que, sin duda, son importantes pero insuficientes”, señaló.
El mayor desafío, de acuerdo con Fuentes Alcalá, es que la economía lleva estancada 20 años, con una de cada tres personas con un ingreso diario menor de 350 pesos.
Se puede hablar del indicador del número de personas enfermas o de muertes, pero sus dimensiones sociales van a acompañar a esta generación, sobre todo niños y adolescentes, quienes enfrentarán empobrecimiento y la enorme privación que implica la falta de recursos”, advirtió.
Al problema económico deben añadirse las violencias, que no engloban únicamente al crimen organizado sino a aquellas derivadas de la ideología dominante y la herencia cultural.
De acuerdo con el presidente del Patronato Universitario de la UNAM la crisis por la pandemia de COVID-19 provocará que las tasas de no escolarización y rezago educativo en primaria caigan a los niveles de mediados de la década de 1980.
Con información de López-Dóriga Digital
