Los talibanes pidieron el viernes a Estados Unidos que responda «positivamente» al llamado del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, y desbloqueen los fondos afganos que retienen desde que los islamistas se hicieron con el poder en agosto.
El jueves, Guterres pidió a Estados Unidos y al Banco Mundial que pongan a disposición estos fondos ya que, en caso contrario, «la pesadilla que vive Afganistán», donde la hambruna castiga a más de la mitad de la población, seguirá aumentando.
Estados Unidos debe responder positivamente al llamado internacional y desbloquear los fondos afganos», afirmó el viernes en Twitter el portavoz del gobierno afgano, Zabihullah Mujahid.
Estados Unidos ha congelado unos 9 mil 500 millones de dólares de reservas del Banco Central afgano, es decir, la mitad del PIB del país en 2020.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial también suspendieron sus actividades en Afganistán y retuvieron ayudas.
El mes pasado, el Banco Mundial recabó 280 millones de dólares en un fondo dedicado a Afganistán para transferirlos a Unicef y al Programa Mundial de Alimentos que operan en el país, recordó Guterres.
La economía afgana se mantenía a flote gracias a la ayuda internacional, que representaba un 80% de su presupuesto nacional. Desde que los talibanes se hicieron con el poder, las finanzas colapsaron.
En los últimos meses, sí hubo fondos que terminaron por desbloquearse, pero «tenemos que hacer más aún para inyectar rápidamente liquidez en la economía y evitar un hundimiento que llevaría a la pobreza y el hambre de millones de personas», dijo Guterres.
Hasta el momento, Estados Unidos ha hecho oídos sordos a estas peticiones de los islamistas, aunque el hambre en Afganistán, según la ONU, amenaza a 23 millones de personas, es decir, un 55% de su población.
La ONU anunció el martes que necesitaba 4 mil 400 millones de dólares de donaciones para financiar las necesidades humanitarias de Afganistán en 2022.
Excélsior