Debido al tifón Rai que paso entre el jueves y el sábado por la región central del país, la policía de Filipinas elevó a 375 la cifra de muertos.
Hasta el momento más de 500 personas resultaron heridas y 56 se encuentras desaparecidas, dejando a 227 localidades sin electricidad, alimentos, agua y atención sanitaria, y el deterioro de 41 carreteras.
El pasado jueves, el tifón tocó tierra con vientos de hasta 240 kilómetros por hora, cruzó de este a oeste por unas nueve islas de Filipinas donde ha causado importantes daños en viviendas e infraestructuras.
Debido, a que la mala calidad de las construcciones y el chabolismo empeoran los embates de los tifones, el presidente filipino, Rodrigo Duterte, pidió durante el fin de semana paciencia y prometió 2 mil millones de pesos (unos 40 millones de dólares).
Según el Consejo Nacional de Gestión y Reducción del Riesgo de Desastres (NDRRMC), hay más de 442 mil personas desplazadas y cerca de un millón de afectados por el tifón.
En noviembre del 2013, se presentó un supertifón Haiyan, el mayor de la historia reciente, que golpeó islas de Samar y Leyte, causando la muerte de unas 7 mil personas y dejó a 200 mil familias sin hogar.
Es uno de los países más vulnerables a los desastres naturales y, además, se asienta sobre el llamado “Anillo de Fuego del Pacífico”, una zona que acumula alrededor del 90 por ciento de la actividad sisimico y volcánica del planeta.
-López Dóriga
