La Madre Tierra, en lengua indígena mixe, inspiró a un grupo de mujeres de la zona norte del Itsmo de Tehuantepec a defender sus derechos, la organización surgió cuando hablar de igualdad y justicia hacia las mujeres era mal visto entre personas de las comunidades.
La casa de la Mujer Indígena Nääxwin, germinó como centro de trabajo y apoyo fundado por mujeres y para mujeres en Matias Romero, hace 21 años.
Rubi, como la nombran con cariño, recordó aquellos años cuando las mujeres de la comunidad evitaban hablar de la violencia en el entrono familiar, la violencia era algo normal al igual que los malos tratos.
“Tampoco salían de casa, a menos de contar con la autorización del esposo, llevaban la compañía de la suegra o cuñada”, dijo.
Poco a poco, las mujeres que sufrían violencia se acercaron a platicar sus historias, confiando en otras mujeres, y al hablar en su lengua materna facilitó la comunicación, y se creo el lazo de compañerismo.
Asimismo, La Casa de la Mujer Indígena y Centro para los Derechos Humanos Nääxwin tiene cobertura en los municipios de Matias Romero, San juan Güichicovi, Santo Domingo Petapa, Santa Maria Petapa, El Barrio de Soledad, San Juan Mazatlan y Asunción Ixtaltepec, oblación indígena mixe, zapoteca, chinateca, zoque, huave y mixteca.
Se observó que algunas de estas municipalidades son parte de las 40 declaradas con alerta de género, por su alto indicie de feminicidios, sin embargo, a dos años de la declaratoria “no se consiguió erradicar la violencia feminicida”.
Se tiene entendido que la casa de Nääxwin no es un refugio, pero salvan vidas, porque las mujeres que viven violencia llegan y se les brinda un acompañamiento integral.
Sin embargo, en algún momento ha servido de estancia temporal para mujeres en trabajo de parto.
Las defensoras han documentado y acompañado casos de violencia obstétrica que viven las mujeres de esta zona, para exigir justicia, y respeto.
-Excélsior
