Con sacerdotes, guardias suizos, hijos de trabajadores de El Vaticano y migrantes, el Papa Francisco armó un equipo de futbol que jugará contra un rival croata en beneficio de la integración de la comunidad gitana.
Previo al juego, el Papa, aficionado al futbol, se reunió ayer con los integrantes del equipo «Todos hermanos».
El «once» papal enfrentará hoy a los jugadores de la Organización Mundial de Gitanos en el campo de entrenamiento del club Lazio, con el arbitraje de la estrella Ciro Immobile.
«En el terreno de juego también habrá un joven futbolista con síndrome de Down, un miembro de las Olimpiadas Especiales y tres inmigrantes», precisó el Papa, de 84 años, fanático y socio del equipo San Lorenzo de Almagro.
Reforma