La apertura de panteones, a más de un año de la covid, “tiene una parte emocional muy fuerte en términos de vincularse con los que se fueron”, dice a Excélsior Felipe Gaytán Alcalá, investigador de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de Universidad La Salle.
En 2020, los panteones estuvieron cerrados para evitar contagios por la covid, miles de familias debieron trasladar sus rituales a casa. “Te vas a encontrar muchos altares en casas, entonces del panteón, te vas a trasladar a la casa”, señala Gaytán.
La pandemia modificó los rituales”, precisa el investigador. “Cómo nos reconciliamos con la muerte, porque recordemos que muchos de los que fallecieron durante la pandemia, no fueron enterrados, sino que fueron cremados y entonces eso cambia una perspectiva de cómo vivir el Día de Muertos, porque no hay un lugar, sino más bien el recuerdo”, hace notar Gaytán Alcalá.
En varias partes del país y en la Ciudad de México abrieron los panteones del 25 al 31 de octubre, el ingreso se permitió con estrictas medidas de seguridad y bajo los protocolos establecidos durante la pandemia.
Claro que va a haber gente en los panteones, mucha gente también va a preferir estar en sus casas”.
Para el especialista, en los panteones se va a reivindicar el sentido comunitario de volverse a vincular con sus muertos y volver a traer esta idea cultural de honrar la muerte, respetar la muerte.
Excélsior