Por segundo año consecutivo, el mundo se enfila hacia un nuevo evento climático de La Niña, lo cual tendería a secar algunas partes del ya reseco oeste de Estados Unidos y daría impulso a una temporada de huracanes de por sí agitada en el Atlántico.
Apenas cinco meses después del fin de La Niña que inició en septiembre de 2020, la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA por sus siglas en inglés) anunció que ya está en marcha un nuevo enfriamiento de las aguas del Pacífico.
El enfriamiento natural de algunas partes de ese océano que se registra en La Niña contrasta con el patrón más cálido de El Niño y desencadena cambios en el clima mundial durante meses, e incluso años. Pero los cambios varían según el lugar, y no existen las certezas, sólo las tendencias.
La Niña tiende a causar mayor daño agrícola y sequías en Estados Unidos en comparación con El Niño y las condiciones neutrales, según un estudio publicado en 1999. El informe reveló que, por lo general, La Niña causa daños que oscilan entre 2.200 y 6.500 millones de dólares en la agricultura del país.
Excelsior