La directora financiera del gigante chino de las telecomunicaciones Huawei, Meng Wanzhou, regresó este sábado a su país después de que se levantara su arresto domiciliario tras un acuerdo con Estados Unidos, y paralelamente, dos canadienses fueron liberados en China, poniendo fin así a un conflicto diplomático y judicial que ya duraba tres años.
Meng, el exdiplomático canadiense Michael Kovrig y el empresario Michael Spavor fueron puestos en libertad casi al mismo tiempo el viernes en una operación ya bautizada como «la diplomacia de los rehenes».
En estos tres años «mi vida se ha transformado», dijo a la prensa Meng, de 49 años, hija del fundador del gigante de las telecomunicaciones Ren Zhengfei y apodada la «princesa» de Huawei, que estaba en arresto domiciliario.
Meng embarcó en un avión con destino a la ciudad china de Shenzhen, lo cual la libra de la amenaza de extradición a Estados Unidos, donde se la acusa de fraude bancario.
Desde el avión, Meng publicó un mensaje en las redes sociales agradeciendo «al partido y al gobierno» chino.
Los ‘dos Michaels’ fuera de China
Casi al mismo tiempo, el primer ministro canadiense Justin Trudeau anunció la liberación de los dos conciudadanos que estaban detenidos en China desde fines de 2018, días después del arresto de Meng, en una operación que Canadá siempre consideró una represalia.
Los ‘dos Michaels’, como se les conoce en su país, fueron acusados de espionaje en un caso que según las autoridades canadienses había «sido claramente inventado».
Este sábado aterrizaron en Calgary, al oeste del país, y fueron recibidos por Trudeau.
El viernes, el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, elogió la decisión de las autoridades chinas de liberar a los dos canadienses tras su detención «arbitraria».
Por su parte, China siempre consideró el asunto Meng como «un incidente puramente político».
Excelsior