El gobierno de Estados Unidos dio a conocer el martes una «estrategia nacional» para combatir el terrorismo interno, una de las prioridades del presidente Joe Biden después de varios ataques racistas en los últimos años y el asalto al Congreso en enero.
Los extremistas violentos «son una gran amenaza para el país en 2021», dijo un alto funcionario de la administración a los periodistas bajo anonimato.
Pero este plan es «ideológicamente neutral» y aborda todas las formas de terrorismo, agregó.
El plan se articula en cuatro pilares, que plantean orientaciones amplias más que medidas concretas, con objetivos de «prevención, interrupción y disuasión», preservando las libertades individuales.
En marzo, el jefe del FBI, Christopher Wray, dijo al Congreso que el número de investigaciones federales sobre «terrorismo doméstico» se había duplicado de mil a 2 mil desde que asumió el cargo en 2017.
El país quedó conmocionado por el asalto en enero al Capitolio por parte de partidarios de Trump. Casi 500 personas han sido arrestadas por su participación en diversos grados, según el FBI.
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