Han pasado 35 de años del desastre ocurrido en Chernobyl, a todas las personas se les obligó a salir del lugar y dejar a sus mascotas para evitar que se propagara la contaminación. Algunos soldados soviéticos les dispararon a los animales para terminar con el foco de infección, pero algunos de ellos lograron esconderse y reproducirse.
Ahora los perritos descendientes se pasean por la zona de exclusión, establecida para restringir la circulación de personas dentro y fuera del área. Las mascotas están en riesgo constante, ya que se enfrentan a problemas de la contaminación radiactiva, ataques de lobos, incendios forestales y hambre.
Se estima que tienen un periodo de vida de 5 años, los perritos cuentan con la ayuda de Clean Futures Fund, una organización no gubernamental que los monitorea y les brinda atención en la zona.
Los guardias del lugar han formado lazos con los animales y algunos de ellos ya cuentan con apodos por el tipo de radiación que tienen, gustos, cualidades, popularidad, etc.
El Universal
