La muerte del príncipe Felipe activa, como para otros miembros de la familia real británica, un plan bautizado como Forth Bridge, en honor a un puente cercano a la capital escocesa.
El College of Arms, una organización estrechamente relacionada con la aplicación de los protocolos reales, dijo en su página web que el príncipe Felipe no tendrá un funeral de Estado y que su féretro no será expuesto al público.
Sus restos mortales reposarán en el Castillo de Windsor, antes de un funeral en la capilla de San Jorge, “según la costumbre y los deseos de su alteza real”, precisó.
Su deceso será marcado con 41 cañonazos al mediodía de hoy en diferentes lugares del país, incluyendo la Torre de Londres y el Castillo de Edimburgo, así como en Gibraltar y en barcos de la Armada Real.
Se desconoce de momento la fecha de unos funerales, que se verán limitados por la pandemia, pero ya rige el luto nacional.
El Palacio de Buckingham retiró de su sitio web su fotografía en señal de luto. Así permanecerá ocho días.
El sitio web oficial de la familia real no está disponible temporalmente mientras se realizan los cambios necesarios. Su alteza real falleció pacíficamente esta mañana en el Castillo de Windsor”, se lee en la página oficial de la realeza británica.
También se publicó en internet un libro de condolencias virtual.
La sencillez de la ceremonia coincide con la personalidad del duque de Edimburgo, que quería un funeral “sin gran alboroto”, según los columnistas reales.
Sin embargo, contrasta con los anteriores homenajes a miembros destacados de la familia real.
El féretro de la madre de Isabel II fue expuesto en Westminster Hall, el edificio del Parlamento de Londres, tras su muerte en 2002. Unas 200 mil personas marcharon para presentar sus respetos, con una fila de varios kilómetros de largo.
Excelsior