Estados Unidos regresó oficialmente el viernes al Acuerdo de París sobre el clima y el gobierno del presidente Joe Biden prometió hacer de la batalla ambiental una prioridad máxima.
Exactamente un mes después de asumir el gobierno, la principal economía del mundo y segundo mayor emisor de carbono regresó formalmente al acuerdo de 2015 que busca combatir el calentamiento climático.
El acuerdo tiene como objetivo limitar el aumento de la temperatura global a 2 ºCelsius (3,6 ºFahrenheit), por encima de los niveles preindustriales, y continuar el esfuerzo para bajarlo a 1,5 ºC.
El reingreso de Washington significa que el Acuerdo de París vuelve a incluir virtualmente a todas las naciones del mundo luego de que Donald Trump, antecesor de Biden y aliado de la industria de los combustibles fósiles, retirara a Estados Unidos del pacto argumentado que era injusto con el país.
Trump anunció el retiro en 2017, que se concretó en noviembre de 2020.
“El cambio climático y la diplomacia científica nunca podrán volver a ser ‘agregados’ en nuestras discusiones de política exterior”, dijo el secretario de Estado, Antony Blinken, en un comunicado en el que saluda el regreso de Estados Unidos al acuerdo.
“Abordar las amenazas reales del cambio climático y escuchar a nuestros científicos está en el centro de nuestras prioridades de política nacional y exterior. Es vital en nuestras discusiones sobre seguridad nacional, esfuerzos de salud internacional para la migración y en nuestras negociaciones comerciales y de diplomacia económica”.
Tras elogiar el Acuerdo de París, negociado por el expresidente Barack Obama, Blinken dijo que la diplomacia climática será crucial.
Biden planea una cumbre climática para el 22 de abril, en coincidencia con el Día de la Tierra. Y John Kerry, exsecretario de Estado y ahora enviado climático de Estados Unidos, pidió al mundo que aumentara sus ambiciones en las conversaciones sobre el clima de la ONU que tuvieron lugar en Glasgow en noviembre.
Biden se comprometió a que el sector energético estadounidense esté libre de polución para 2035 y que el país pase a ser una economía de emisiones cero para 2050.
Pero los objetivos del Acuerdo de París son esencialmente no vinculantes, y cada país redacta sus propias medidas, un punto en el que insistieron Obama y Kerry, conscientes de la oposición política en casa.
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