El Senado de EE.UU., dominado por los republicanos, aprobó este viernes una propuesta con fondos para evitar por una semana el cierre de la Administración federal, lo que concede tiempo a los negociadores de la Casa Blanca y el Senado para negociar un paquete mayor de gasto.
Los senadores emitieron su voto de viva voz para aprobar una medida que extiende por una semana, hasta el próximo viernes, el plazo para que expire la financiación de la Administración federal, que vencía esta medianoche.
Tras haber sido aprobada el miércoles por la Cámara Baja, controlada por los demócratas, y este viernes por el Senado, la propuesta pasa ahora a la Casa Blanca, donde el presidente saliente, Donald Trump, tiene que firmarla antes de la medianoche.
Una vez que sea rubricada por Trump, los negociadores demócratas y republicanos tendrán una semana para ponerse de acuerdo sobre una macropropuesta, que debe incluir 12 medidas de financiación para el año fiscal 2021, además de fondos para la Administración federal hasta el 1 de octubre del próximo año.
En la sesión de este viernes, el senador izquierdista Bernie Sanders y el republicano Josh Hawley advirtieron a sus bancadas que no deberían aprobar la próxima semana una ampliación similar del plazo, en caso de no acordar la ley de gasto, a menos que los legisladores voten por separado una propuesta para dar luz verde al envío de depósitos directos para los estadounidenses más golpeados económicamente por la pandemia.
Pese a que desde hace meses el Congreso era consciente de que se avecinaba el plazo para la expiración de la financiación de la Administración federal, los legisladores han intentado emplear esta fecha para impulsar las estancadas negociaciones sobre un paquete de estímulo para frenar el deterioro de la economía por la pandemia.
El futuro de la ley de gasto y el rescate están unidos porque se espera que el paquete de estímulo forme parte de un acuerdo para financiar la Administración federal.
La noche del martes pasado, la Casa Blanca se sumó a las propuestas de estímulo fiscal para encarar la crisis provocada por la pandemia con un plan que incluye menores transferencias de efectivo a los ciudadanos, algo que ha sido considerado “inaceptable” por parte de los demócratas.
La oferta presentada por el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, es de un total de 918 mil millones de dólares; y cuenta con una transferencia directa a los ciudadanos de 600 dólares, por debajo de los 1.200 aportados en el paquete de estímulo previo; pero retira los fondos adicionales para personas sin trabajo.
Mientras, los republicanos y demócratas del Congreso debaten actualmente un plan de 908.000 millones de dólares, tras meses de estancamiento en las negociaciones.
Esa cifra se encuentra a medio camino entre la última de los demócratas de 2.4 billones de dólares y la de los republicanos, de 650 mil millones de dólares.
El plan cuenta con el respaldo del presidente electo, Joe Biden, quien tomará posesión el próximo 20 de enero pero que ya ha advertido que solo será “un primer paso” y hará falta respaldo adicional ante la magnitud de la crisis ocasionada por la pandemia.
EE.UU. es el país del mundo más golpeado por COVID-19 con más de 15.6 millones de contagios y más 292 mil millones de muertos, según la Universidad Johns Hopkins.
López Dóriga Digital