Luego de un silencio rotundo y sin ladridos en la Casa Blanca, ocasionado por la falta de mascotas del presidente de los Estados Unidos Donald Trump, los ruiditos de patitas volverán a resonar por la residencia en Washington cuando Joe Biden, ganador de las elecciones presidenciales de 2020 en aquel país, ocupe la mansión. ¿Lo mejor? es que un par de dichas huellitas pertenecen a un perro con un pasado turbio y difícil que cambió para bien cuando fue adoptado de un refugio por los Biden.
Así es, este perrito pasará de estar incómodo en la fría celda de un refugio a habitar una de las mansiones más famosas del mundo y a ser, algo así, como una de las «Primeras Mascotas».
La familia Biden tiene dos pastores alemanes, uno se llama Champ, quien fue comprado en 2008 de un criadero, y Major, adoptado en un refugio de animales estadunidense 10 años después de adquirir al primer perro.
Por supuesto, en 2008 los Biden fueron sumamente criticados cuando obtuvieron a Champ por comprar a un cachorro de un criadero de gran volumen, pues algunos lo consideraban como una gran fábrica de perros. Por eso, la familia del próximo presidente decidió tomar un camino diferente y adoptar a Major de la Delawere Humane Association.
Major fue entregado al refugio junto a sus hermanitos, quienes padecían problemas de salud. Los Biden decidieron darle un hogar temporal a uno de ellos, pero finalmente terminaron por adoptarlo permanentemente.
Desde entonces, tanto Champ como Major protagonizan las publicaciones de las redes sociales del matrimonio Biden, especialmente de las fotos de Jill Biden en Instagram.
En redes sociales ya mucha gente ha hecho eco de la historia de Major, el perrito rescatado que llegará próximamente a habitar la Casa Blanca.
Milenio