El nuevo etiquetado frontal de advertencia en bebidas y alimentos ultraprocesados, considerado por organismos internacionales como una de las regulaciones más avanzadas para enfrentar la epidemia de sobrepeso y obesidad, entra en vigor este jueves. Fabio Da Silva Gomes, asesor regional en nutrición y actividad física de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), expuso que con esta medida México se ha vuelto un ejemplo para el mundo.
En conferencia virtual, Simón Barquera, director del Centro de Investigación en Nutrición y Salud del Instituto Nacional de Salud Pública, señaló que en los pasados 18 años ha aumentado 42.2 por ciento la obesidad y en siete estados ni siquiera dos de cada 10 personas tienen un un peso saludable. Destacó que la actual estrategia permitirá contribuir a una mejor prevención y control del problema, así como de las enfermedades crónicas y la mala nutrición.
Resaltó que el nuevo etiquetado con el que se informa al consumidor cuando los productos exceden la cantidad de azúcares, grasas saturadas, trans, sodio y calorías establecidas en la normatividad, permite evaluar rápidamente la calidad del alimento, es claro, entendido por los niños y facilita elecciones saludables; además, promueve la reformulación, lo que ya hacen las empresas con la finalidad de que muchos productos no entren al mercado con demasiados sellos en su empaque.
Barquera recordó que el etiquetado anterior fue desarrollado por la industria y no es comprendido ni si quiera por profesionales en nutrición. Muy mal hecho, es uno de los peores episodios de estrategias de política pública interferida por intereses comerciales.
Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor, expuso que se estima que alrededor de 80 por ciento de los productos ultraprocesados tendrán algún sello frontal. Precisó que si bien a partir de hoy todos los fabricantes de la industria de alimentos y bebidas ultraprocesados deberán incluirlo de forma obligatoria en los productos prenvasados, además de informar mediante leyendas precautorias cuando contengan edulcorantes no calóricos o cafeína y así evitar su consumo en niños, se ha dado un plazo de dos meses –hasta el último día de noviembre– para comercializar los que tienen en almacén sin sellos.
Israel Ríos, oficial de nutrición de la Oficina Subregional de la FAO para Mesoamérica, expuso que la experiencia de Chile con el etiquetado frontal muestra que tras su instauración hay una mejora en la calidad de oferta de alimentos.
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