Un padre venezolano que espera en México para defender su caso de asilo en Estados Unidos y aún no ha conocido a su hija recién nacida, un refugiado iraquí que está atrapado en Jordania pese a que ayudó a soldados estadounidenses, una madre que fue enviada de regreso a Honduras luego de ser separada de sus dos hijas pequeñas en la frontera entre Estados Unidos y México, un repartidor de Mali deportado después de tres décadas en Estados Unidos y una pareja iraní que vive separada desde hace años por una prohibición de viajar de Estados Unidos. Todos han sufrido en carne propia los efectos del objetivo distintivo de la política del presidente republicano Donald Trump en sus casi cuatro años en el cargo: la revisión del sistema de inmigración de Estados Unidos.
Una serie de nuevos obstáculos burocráticos para ingresar o permanecer en Estados Unidos han trastocado la vida de cientos de miles de personas en todo el mundo.
Trump dice que los cambios eran necesarios para arreglar un sistema de inmigración que, dice, está roto y plagado de lagunas, y, mientras hace campaña por un segundo mandato, la inmigración es una vez más un pilar clave de su plataforma.
Si bien los inmigrantes han enfrentado obstáculos para establecerse en Estados Unidos durante generaciones y la inmigración ilegal ha atormentado tanto a gobiernos republicanos como demócratas, los críticos sostienen que ninguna administración reciente ha sido más diligente y agresiva para sacar adelante una agenda de inmigración restrictiva.
Ahora, muchos inmigrantes enfrentan un nuevo momento de incertidumbre, esperando ver quién gana las elecciones presidenciales de noviembre: Trump o su oponente demócrata Joe Biden. Trump planea expandir y consolidar los cambios en un segundo mandato, mientras que Biden ha prometido deshacer muchos de ellos si gana.
Pero la gran cantidad de nuevas políticas implementadas significa que muchas personas que esperan en el limbo se ven afectadas no solo por una nueva acción de Trump, sino por varias capas superpuestas de medidas. Muchas familias han estado esperando años para resolver sus casos de inmigración e, independientemente de lo que suceda en las elecciones, es probable que esa espera se prolongue aún más.
“Mucha gente tiene en mente que un gobierno de Biden entraría y revertiría todo”, dijo Sarah Pierce, analista de políticas del Migration Policy Institute, un grupo de expertos que tiene su sede en Washington.
“Sería imposible para una nueva administración deshacer todo porque hay mucho por hacer”, dijo Pierce. “La vida de la gente ya ha sido alterada”.
Estas son las historias de algunas de esas personas.
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