La crisis sanitaria por el Covid-19 no cesa en el mundo, y ni el desorden público ni los rebrotes ayudan a que las ciudades vuelvan a una nueva normalidad… o permanezcan en ella.
Este fin de semana, la reapertura de los bares o pubs en Inglaterra, después de más de tres meses de confinamiento, provocó desmanes y situaciones de riesgo la noche del sábado, lo que hace temer a las autoridades y ciudadanos un rebrote de la epidemia.
“La muchedumbre empezó a llegar a la una de la tarde, y rápidamente todo quedó fuera de control”, relata Rafal Liszewski, gerente de una tienda en una calle del barrio londinense de Soho.
“A las ocho de la noche había una verdadera fiesta callejera, con gente que bailaba y bebía”, añadió la mujer de 36 años, “nadie llevaba mascarilla y era físicamente imposible respetar la distancia social”.
Solamente en Inglaterra, los pubs, hoteles, peluquerías, cines y museos volvieron a abrir el sábado, una medida considerada demasiado prematura por las demás provincias británicas.
En tanto, en España, también en Europa, las autoridades sanitarias de la región de Galicia decidieron aislar a los 70 mil habitantes de la comarca costera de A Mariña por un brote de más de 100 casos.
La medida afectará a catorce municipios, cuya población no podrá salir de la zona acordonada.
También se prohibirán las reuniones de más de diez personas y se limitarán los aforos de los locales.
Se trata de la segunda zona aislada dos semanas después de que España terminara el severo confinamiento iniciado a mediados de marzo para controlar la pandemia del coronavirus, pues el sábado Cataluña reconfinó a unas 200 mil personas en los alrededores de la ciudad de Lérida, al oeste de Barcelona.
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