lunes, noviembre 25, 2024
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La industria, en su peor nivel desde 1996

La actividad industrial registró caídas históricas durante el primer mes de distanciamiento social para enfrentar la epidemia de Covid-19. Tras contraerse por 18 meses seguidos, en abril se desplomó 29.63 por ciento a tasa anual y 25.14 por ciento, respecto del mes anterior, ambas cifras desestacionalizadas para hacer comparables los días hábiles.

El indicador tuvo su menor nivel desde marzo de 1996, de acuerdo con registros del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Los cuatro grandes grupos de industrias se vieron afectados, pero destacan las caídas en la construcción y la manufactura.

José Luis de la Cruz, presidente de la comisión de estudios económicos de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), recordó el deterioro ya acumulado en las industrias antes de la pandemia. Subrayó que en cada mes de la actual administración, la actividad industrial se ha contraído 3.7 por ciento en promedio; mayor al retroceso de 2.1 por ciento en el sexenio de Vicente Fox Quesada; aunque todavía por debajo de la caída de 6 por ciento con Ernesto Zedillo Ponce de León.

En el reporte del Inegi la construcción redujo su actividad en 38.4 por ciento respecto de abril del año pasado, tras recorrer 20 meses seguidos con tendencia a la baja. Frente a marzo de 2020, se redujo en 32.8 por ciento y así el indicador quedó en su menor nivel desde marzo de 1996.

En la manufactura, la actividad se contrajo 35.53 por ciento anual, y 30.53 por ciento mensual. El sector ya había reflejado el deterioro por la pandemia y el cierre de otras economías en marzo, pero según los datos más recientes, la industria registró su menor nivel de producción desde febrero de 1997.

Alejandro Javier Saldaña Brito, economista de Ve por Más, explicó en un reporte a inversionistas que la reapertura de otras economías podría aliviar la interrupción en las cadenas de suministros y la debilidad en la exportación, pero este escenario sería gradual.

Por otro lado, y con bajas de menor calado, la minería redujo su actividad en 3.6 por ciento anual y 5.6 respecto de marzo, ambas cifras desestacionalizadas, el sector resintió menos porque la extracción de crudo siguió activa y se benefició por el aumento en la plataforma petrolera; de hecho creció 3.1 por ciento a tasa anual y se redujo 0.7 por ciento mensual.

Mientras tanto, la generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, suministro de agua y de gas por ductos al consumidor final lo hizo en 3.5 y 1.1 por ciento, respectivamente.

José Lusi de la Cruz recordó que antes de la pandemia las industrias ya presentaban debilidad –como lo exhibe el Inegi, desde octubre de 2018–, por lo que México sigue por abajo de sus capacidades potenciales y necesitará mayores inversiones para salir de la crisis, destacó.

Agregó que –pese a la entrada en vigor del Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC)– la industria puede contraerse hasta 10 por ciento este año si el país no pone en marcha un programa de política industrial contingente. En dicho escenario, la economía no solo sufriría una recesión, sino una depresión.

Finalmente, Saldaña Brito expuso que la baja confianza empresarial y la posibilidad de más recortes al gasto público en capital, excepto en proyectos insignia, son negativos para la inversión.

Gabriela Siller, economista en jefe de Banco Base, reportó que la publicación de estos indicadores también contribuye con la mayor percepción de riesgo sobre México y la depreciación del peso.

Datos de carácter distinto (de recuperación) no se esperan sino hasta junio, acotó el analista de Ve por Más.

La Jornada

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