Macron prometió restaurar el templo parisino en un lapso de cinco años
Un año después del incendio que arrasó parte de Notre-Dame en París, la gran campana de la catedral sonó ayer para destacar la resiliencia del edificio y de los médicos que combaten la epidemia de coronavirus en Francia.
La campana Bourdon había sonado sólo una vez desde el 15 de abril de 2019, cuando ocurrió el incendio que consumió la aguja y el techo. Esto sucedió media hora después de que se quemó la catedral de 850 años de antigüedad.
Tres personas, con trajes y máscaras para protegerse de materiales peligrosos, debido a la enorme cantidad de plomo tóxico que se dispersó durante el incendio, se turnaron para jalar la cuerda en lo alto del campanario sur y agitar la campana durante cinco minutos.
La campana mayor sonó a las 20:00 hora local, en el mismo horario en que parisinos aplauden desde sus ventanas y balcones al personal médico.
El campanario sur de la catedral, donde se encuentra la campana de 13 toneladas (que fue fabricada en 1681 y es la segunda más grande de Francia), quedó estructuralmente intacto.
El 15 de abril de 2019, la catedral parisina se quemó por más de 14 horas, mientras la población se agrupó cerca del Río Sena, para rezar, y colocar velas.
A un año de la tragedia, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, puso fecha a la reparación del recinto.
Reconstruiremos Notre Dame en cinco años. Lo prometí. Haremos todo lo posible para cumplir el plazo”, afirmó Macron, en un video difundido en su cuenta de Twitter.
Macron agradeció los esfuerzos de quienes respondieron a la emergencia y “salvaron la catedral de las llamas”.
En este sentido, Macron reconoció las aportaciones de los donantes.
La Fundación del Patrimonio informó que en el último año ha recolectado casi 228 millones de euros procedentes de más de 236 mil ciudadanos y empresas de 140 países.
La restauración de Notre Dame es un símbolo de la resiliencia de nuestro pueblo, de su capacidad para superar las dificultades y recuperarse”, declaró el mandatario.
En este sentido, el gobierno de Alemania ofreció ayuda en la restauración.
El país planteó que artesanos vidrieros pueden ayudar a rehacer los ventanales diseñados para permitir la entrada de aire y luz en la catedral.
La ministra alemana de cultura, Monika Gruetters, dijo que su país asumiría los costos de estas obras.
Sin embargo, actualmente, las obras de reconstrucción, que se retrasaron una y otra vez, están paralizadas desde que estalló la pandemia de coronavirus.
Las grúas están paradas y los andamios y las vallas siguen colocados.
Excélsior