A la unidad, la cual brinda varios servicios a migrantes e indigentes, le fueron saqueados diversos artículos
Luego de que La Regadera —una camioneta adaptada para brindar servicios de higiene y alimentos a migrantes, deportados e indigentes— fuera robada del estacionamiento de un templo, fue localizada con varios daños después de casi seis horas.
El vehículo está valuado en 40 mil dólares debido a su equipamiento, el cual cuenta con tres regaderas en igual número de cabinas y ofrece duchas con agua caliente a las personas más necesitadas de la ciudad, además se les brinda un corte de cabello, ropa limpia y comida caliente.
Miembros de la Iglesia Ancla denunciaron que fue a las 5:34 horas de ayer cuando unos sujetos entraron al estacionamiento del templo a bordo de una camioneta y se llevaron dicha unidad, una Ford Cargo Van 1999, con placas 714991K1.
Posteriormente, los religiosos informaron que el vehículo fue localizado abandonado en la colonia Sánchez Taboada —una de las más peligrosas de la ciudad—, y al recuperarlo presentaba daños en el arrancador, le robaron el calentador de agua, cables y el autoestéreo.
El proyecto de La Regadera nació a mediados de 2018, con el objetivo de apoyar a personas en condición de calle y a los migrantes. El programa de La Regadera fue impulsado por la asociación civil Iglesia Ancla, que realiza proyectos en beneficio de la comunidad.
Para el proyecto se destinó una inversión de 20 mil dólares y se pretende que tenga una duración ilimitada, pues también se busca que tenga un impacto a nivel nacional, señaló Esteban Grasman, pastor principal de Iglesia Ancla.
Se atendió a la comunidad en la zona norte, Puente Negro, Playas de Tijuana y bajando a la central camionera. La Regadera no cuenta con ayuda gubernamental, por lo que se solicitó el apoyo de la comunidad para poder mantenerla en operación; la población puede donar artículos de higiene personal, destacó Felipe Garza, director operacional de La Regadera, los cuales pueden entregarse en las instalaciones de la Iglesia Ancla, en la zona centro de Tijuana.
Fuente: Excélsior
