La minoría católica de Tailandia, con apenas unos 380 mil católicos, espera con ansias la visita del papa Francisco, la primera de un pontífice en 35 años
BANGKOK.
La última vez que Vararunee Khonchanath estuvo en presencia de un Papa fue poco antes de nacer hace más de 35 años, pero cuando Francisco visite Bangkok esta semana para bendecir a la pequeña minoría católica de Tailandia ella estará cantando en el coro.
Vararunee pertenece a una comunidad de 250 años gestada con ancestros tailandeses y portugueses, tan antigua como la propia capital tailandesa. En la anterior visita de un Sumo Pontífice, en 1984, la madre de Vararunee, ya embarazada, fue parte de la congregación que acudió a recibir a Juan Pablo II.
Estaba en la barriga de mi mamá y ella acudió a la misa cuando Su Santidad el papa Juan Pablo II vino a Tailandia», dijo Vararunee.
Añadió que se siente honrada de estar en el coro esta vez, cuando Francisco ofrezca una multitudinaria misa en el Estadio Nacional.
Durante su visita entre el 20 y 23 de noviembre, Francisco también celebrará una misa en la catedral de la Asunción en Bangkok.
MISIONEROS Y COMERCIANTES
Los historiadores dicen que más de 70% de los católicos en Tailandia, como Vararunee, tienen ancestros extranjeros.
El catolicismo llegó primero a Siam, el antiguo nombre de Tailandia, a mediados del siglo XVI de la mano de misioneros y comerciantes portugueses.
El Vaticano estableció formalmente su ‘Misión de Siam’ hace 350 años, durante el reinado de Narai, en un aniversario que coincide con la visita del papa Francisco que comienza el miércoles.
Aunque los misioneros no lograron que las conversiones fueran masivas, fueron aceptados en buena parte por la mayoría budista, y en particular, por la realeza.
En el pasado, muchos católicos procedentes de lugares como Japón y Vietnam migraron a esta tierra para escapar de la persecución religiosa», dijo Puttipong Puttansri, un historiador del arzobispado del Archivo Histórico de Bangkok.
En los últimos años, los católicos han construido escuelas y hospitales, algunos de los cuales son todavía muy conocidos y respetados.
Para muchos tailandeses, el catolicismo es sinónimo de escuelas», declaró Puttipong.
También hubo casos de persecuciones religiosas.
A fines del siglo XVII, sacerdotes católicos fueron arrestados y algunos de ellos ejecutados por sospechas de colaborar con Francia para colonizar el país.
Una situación parecida ocurrió en la década de 1940, cuando el Gobierno nacionalista tailandés estaba en guerra con Francia en Indochina. La tensión provocó el cierre de escuelas, confiscación de propiedades y el arresto de algunos religiosos.
Pero en la era moderna, Tailandia es mayormente tolerante con la minoría católica. Y para los cristianos como Vararunee, la visita del Santo Padre es un regalo para su comunidad y sus creencias.
Estoy muy orgullosa de cómo logramos aferrarnos a nuestras raíces», dijo Vararunee.
Excélsior.