Los pacientes con dolor de muelas a menudo reciben antibióticos recetados por médicos y dentistas para ayudar a aliviar los signos y síntomas y prevenir la progresión a una afección más grave. Sin embargo, la nueva guía y la revisión sistemática que lo acompaña encuentran que los adultos sanos que experimentan dolor de muelas no deben recibir antibióticos, sino tratamiento dental y, si es necesario, analgésicos de venta libre, como paracetamol e ibuprofeno.
La Asociación Dental Americana (ADA) presentó una nueva guía que indica que, en la mayoría de los casos, no se recomiendan antibióticos para el dolor de muelas. Esta guía, publicada en el ‘Journal of the American Dental Association’, se alinea con los esfuerzos por combatir la resistencia a los antimicrobianos.
«Los antibióticos son, por supuesto, medicamentos tremendamente importantes –puntualiza Peter Lockhart, presidente del panel de expertos de la ADA que desarrolló la guía y profesor de investigación en el Centro Médico Carolinas – Atrium Health–. Sin embargo, es vital que los usemos sabiamente para que sigan siendo efectivos cuando sea absolutamente necesario».
Los estudios han demostrado que los antibióticos, que están diseñados para detener o retrasar el crecimiento de infecciones bacterianas, no necesariamente ayudan a los pacientes que experimentan dolor de muelas. Además, pueden causar efectos secundarios graves, y el uso excesivo ha resultado en cepas bacterianas que son resistentes a los antibióticos.
La guía ofrece ejemplos de escenarios en los que se pueden recetar antibióticos para un dolor de muelas. «Cuando el tratamiento dental no está disponible de inmediato y el paciente tiene signos y síntomas como fiebre, ganglios linfáticos inflamados o cansancio extremo, es posible que se deban recetar antibióticos –precisa el doctor Lockhart–. Pero en la mayoría de los casos, cuando los adultos tienen dolor de muelas y acceso al tratamiento dental, los antibióticos en realidad pueden hacer más daño que bien».
Con información de Excélsior