El catedrático del CIDE, Mauricio Merino, afirma que actos en Culiacán son el reflejo de lo que de dejó de hacer; instituciones, sin capacidad para resolver problemas concretos, indica
CIUDAD DE MÉXICO
La rebelión callejera del crimen organizado en Culiacán, Sinaloa, es muestra de la gran debilidad del Estado mexicano para resolver los grandes problemas que enfrenta la población, como la inseguridad y la falta de empleo.
El riesgo de que el Estado permanezca sin «reconstituirse» implicará tener problemas aún más serios de los que ya se tienen, consideró Mauricio Merino Huerta, coordinador general de la Red por la Rendición de Cuentas y catedrático del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).
En el marco de la inauguración del Seminario Internacional Democracias Capturadas, Desafíos para América Latina, el investigador aclaró que la debilidad del Estado mexicano de la que habla «es una herencia» que se dejó al actual gobierno, el cual no es culpable de lo que se dejó de hacer durante mucho tiempo en materia de seguridad y abatimiento de la violencia.
«Los actos de Culiacán son en primer lugar la secuela más evidente de lo que no se hizo antes, a todas luces; la captura de las instituciones y la debilidad de las instituciones es enorme, no tienen capacidad para resolver los problemas concretos que, se supone, les dan razón de ser y de otro obviamente revela que el estado mexicano, como muchos de la región, es un estado muy débil, incapaz de controlar el territorio en su conjunto» expresó en entrevista con los medios de comunicación.
En su análisis, Merino Huerta sostuvo que «es absurdo» querer responsabilizar de los males del país al gobierno que encabeza el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
Del mismo modo, dijo que es absurdo e inexacto estimar que los graves problemas de México no tendrán solución.
No obstante, Merino reconoció que la sociedad demanda soluciones rápidas a sus problemas para no sentirse desencantada; muestra de ello, recordó, fue «la rebelión electoral del primero de julio del 2018» cuando los ciudadanos acabaron con el régimen de partidos tradicional dado el hartazgo que sentían hacia ese sistema.
¿Les parece poco la rebelión callejera del crimen organizado? Los problemas que está viviendo el país en términos de la incapacidad del estado, repito, no se confunda con una crítica coyuntural, para atender los problemas de fondo del país es gravísima, no somos capaces de constituir el estado en su conjunto, no al Gobierno, no nos confundamos, con la capacidad de hacer valer los problemas de la gente, si eso no se reconstruye en México como está pasando en Chile, como pasa en Bolivia, suma y sigue, vamos a tener problemas muy serios más de los que ya tenemos», destacó.
Al admitir que el sistema de contrapesos ha hecho un trabajo «modesto» en nuestro país y se tiene que identificar con las necesidades reales de los ciudadanos para fortalecerse, Merino Huerta aclaró que en 10 meses del nuevo Gobierno federal, el estado no ha podido fortalecerse «porque no se trata de un acto de magia».
Agregó que el fortalecimiento del estado tampoco es resultado de un gran liderazgo político, como el que tradicionalmente ha tenido «el gran líder de la oposición en México, Andrés Manuel López Obrador», hoy presidente de la República.
Excélsior.