Tras los hechos de violencia registrados la semana pasada en Culiacán, Sinaloa, derivados de un operativo del Gobierno Federal que llevó a la detención y luego a la liberación de un integrante del crimen organizado, el vocero de la Diócesis de Querétaro, Martín Lara Becerril, lamentó que la violencia ha hecho presa nuevamente a la población civil.
Al refierir que las fuerzas de seguridad del Estado se vieron rebasadas en número de elementos y armamento, expresó que se perdió una batalla, pero no la guerra; en ese sentido comentó que todavía hay esperanza para hacer frente a la problemática.
«Siempre tendemos a medirlo en ese sentido de quién perdió y quién ganó, pues diríamos que, pues sí, a toda costa se vieron superadas nuestras fuerzas de seguridad pero diríamos que se ha perdido una batalla, pero creemos que no se ha perdido la guerra. ¿Por qué? Pues porque tenemos esperanza en el futuro, tenemos esperanza en la fuerzas de Seguridad Ciudadana, ojalá que todo esto nos haya servido a todos de un grande aprendizaje», apuntó.
Martín Lara indicó que el reto de la iglesia es continuar luchando por recuperar el tejido social y la familia, pues es en esta última que se enseñan los valores y se vigila que los hijos no se involucren en actividades ilícitas.
El vocero afirmó que evitar un baño de sangre fue la decisión más sabia por parte del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador; no obstante, resaltó que es necesario crear una estrategia de seguridad de mayor inteligencia con la mejor tecnología y en la que se calcule todas las reacciones posibles.
Asimismo urgió a presentar las políticas públicas a favor de la familia, de su cuidado y fortalecimiento, pues reiteró que es la mejor forma de recuperar el tejido social en el país.
Por: Iraí Silva