Los asistentes conviven en un ambiente mucho más relajado que el de otros años; los representantes de los estados le ponen toque especial
Una fiesta del Grito en paz, con mayores libertades, espacios y tránsito fue la que se vivió desde la tarde de este 15 de septiembre en el Zócalo de la Ciudad de México.
A diferencia de los dos sexenios pasados, ahora no hubo arcos detectores de metales, tampoco largas filas de revisión o niños que tuvieran que tirar sus elotes o refrescos y desarmar sus banderas por órdenes del Estado Mayor Presidencial para poder ingresar a la Plaza de la Constitución y disfrutar de la verbena popular.
Desde que el Ballet Folclórico de Quintana Roo presentará su danza y música Maya Pax, a las cuatro de la tarde, los alrededores del Centro Histórico de la Ciudad de México comenzaron a llenarse de mexicanos y turistas que buscaban celebrar un aniversario más del inicio de la Independencia.
No faltó la familia que quisiera tomarse una foto con el mariachi, con todos los instrumentos, teniendo como fondo la bandera nacional; por cierto, en esta ocasión más pequeña que de costumbre.
El Festival Culturas de México, que contó con representaciones musicales y artísticas de delegaciones, oficiales o no, de las 32 entidades federativas de la República tuvo buena aceptación por parte de los miles de asistentes que, conforme avanzaban las horas, arribaban a la plaza mayor del país.
La música de Durango, Campeche y Chihuahua puso a bailar a decenas de familias provenientes de diversas regiones del país y las escenificaciones de Nayarit, Guerrero, Nuevo León y Guanajuato fueron fuertemente aplaudidas; sin embargo, ninguna interpretación se llevó más porras, aplausos y gritos que la del Huapango de Pablo Moncayo.
En tanto, sobre avenida 20 de Noviembre la vendimia no se hizo esperar, desde comida, hasta latas de espuma y huevos con confeti, desde playeras alusivas al mariachi hasta camisetas con la leyenda “Me canso ganso”, máscaras de luchador o peluches representando al Presidente de la República con un precio de 500 pesos.
Tepache, tlayudas, atole, chapulines, pambazos, aguas frescas, elotes y esquites eran los alimentos más solicitados. El riesgo se hizo evidente cuando la policía descubrió que en un puesto de hamburguesas y hotdogs había un tanque de gas; rápidamente los encargados de la seguridad los retiraron.
Minutos después de las siete de la noche la tradicional iluminación que rodea la Plaza de la Constitución fue encendida, lo que provocó aplausos y gritos festivos.
Fueron ocho los puntos de ingreso al Zócalo de la Ciudad de México, la mayoría de ellos registraron total orden en las horas previas al tradicional Grito de Independencia, minutos antes de las 10 de la noche el lleno era casi total.
El cierre de los festejo estuvo a cargo de la pirotecnia, Laura León y la Banda Limón.
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