Un grupo de 200 elementos del Ejército mexicano, entre ellos nueve mujeres, realizan un curso para ejecutar los cinco saltos que les permitirá portar en su uniforme el símbolo de las Alas de Paracaidista y la tradicional boina roja.
A lo largo de esta semana los militares de diferentes agrupamientos, 100 de ellos de Fuerzas Especiales que respondieron a la convocatoria, reciben la capacitación, conceptos teóricos y prácticos para poder saltar en paracaídas, desde una altura de mil 500 pies, equivalente a 500 metros.
Es un curso básico de paracaidismo donde los muchachos y las muchachas vienen a hacer, ya una vez que son soldados veteranos, desde acondicionamiento físico muy fuerte, conocer el material en tierra hasta colocarse el equipo.
También aprenden “cómo subirse al avión, qué actitud deben tener en el avión, cómo deben de estar en el avión, cómo deben pasar revista a su equipo, cómo aproximarse a la salida del avión, cómo salir del avión”, explicó Vicente Javier Mandujano Acevedo, jefe de Operaciones de Salto y comandante del Tercer Batallón de la Compañía de Fusileros Paracaidistas.
500 metros es la altura de la cual deben saltar los soldados que se capacitan en Santa Lucía
Maestros de asalto, que son elementos de Fusileros Paracaidistas de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), realizan la preparación del personal que saltará en la pista de servicio de la Base Aérea de Santa Lucía.
Revisan minuciosamente la colocación de cascos, los paracaídas principal y auxiliar del modelo T10Z, mochilas y fusiles, de acuerdo al número de salto que van a ejecutar.
13 militares “por pasada” participan en los ejercicios en los terrenos de lo que será el NAIM, en Zumpango
Las aeronaves pasan a una velocidad de 120 nudos, 250 km por hora, a 500 metros de altura para poderse lanzar por la rampa de servicio del avión y caer a una velocidad de cinco metros por segundo, en los campos donde se construirá una de las pistas de la terminal internacional.
El primer salto es donde más tienes miedo, no sabes qué es lo que vas a hacer, pero te adiestraron para la actividad, llevaste un curso de cinco semanas para hacer la actividad.
Obviamente no se simula de tal modo al descender del avión, y uno va con mucho miedo porque no sabe a lo que va”, comentó la soldado fusilero paracaidista Cintya Julián Mora.
La Compañía de Fusileros Paracaidistas está integrada por tres batallones, cada uno cuenta con 500 elementos, de los cuales 25 son mujeres.
Excélsior