A la cantante se le ofreció su catálogo de grabaciones maestras, pero ignoró la propuesta.
Taylor Swift supo que su catálogo musical, junto con el sello Big Machine, estaban a la venta, y se le ofreció que comprara sus grabaciones maestras, pero ella ignoró la propuesta.
Las grabaciones fueron ofrecidas a Swift en octubre de 2018, nueve meses antes de que fueran adquiridas por Ithaca Holdings, propiedad de Scooter Braun, según informa PageSix.com.
Las negociaciones entre Braun y Scott Borchetta, fundador de Big Machine, se realizaron de manera confidencial, por lo que Swift y los demás artistas del sello desconocían la situación. Cuando la compra se concretó, el ex manager de Justin Bieber quiso contactar a la intérprete de “Shake It Off” para discutir en privado el trato, pero nunca aceptó las llamadas.
Swift se enteró de la transacción el 25 de junio gracias a su padre, quien era accionista del sello, e incluso el propio Borchetta le envió un mensaje de texto una noche antes de que la noticia se hiciera pública.
El domingo, la cantante expresó su molestia en Tumblr, asegurando que su música estaba en manos de alguien que trató de destruir su legado por años. Borchetta respondió que pudo haberse quedado con los derechos sobre su música si hubiera continuado con Big Machine, en vez de mudarse a Universal.