Altas autoridades e integrantes del mundo cultural español asistieron ayer al funeral por la soprano española Montserrat Caballé, fallecida el sábado pasado, una ceremonia acompañada por su canto, que concluyó con una cerrada ovación y gritos de “¡bravo, bravo!”. Tras el acto religioso, sus restos fueron trasladados al cementerio de Sant Andreu para ser enterrados en el panteón de sus padres.
Además de los familiares, estuvieron la reina Sofía; el jefe del Ejecutivo español, Pedro Sánchez; el presidente regional de Cataluña, Joaquim Torra; la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau; el líder del opositor PP, Pablo Casado; y el ministro de Cultura, José Guirao, entre otros.
La cantante de fama mundial murió a sus 85 años en un hospital catalán después de permanecer ingresada desde mediados de septiembre pasado por una dolencia que padecía desde tiempo atrás. La misa, celebrada por tres sacerdotes en el tanatorio de Les Corts, comenzó con el clásico Ave María, que tantas veces había cantado la diva de la ópera mundial, nacida el 12 de abril de 1933 en Barcelona.
En la primera fila de la sala estaba situada la familia de la artista, encabezada por su marido, Bernabé Martí; su hermano, Carlos Caballé; su hija, Montserrat Martí Caballé, y su sobrina y representante, Montserrat Caballé.
El tenor Carreras, catalán como Caballé, la definió como una artista “irrepetible, la soprano del siglo XX, quizás con Maria Callas”. Fue para él “una amiga y una mujer entrañable, como una hermana mayor”.
El presidente de la Fundación del Liceo anunció para el noviembre próximo “un homenaje mundial a la gran cantante”.