Voluntarios comenzaron a sepultar en una inmensa fosa común los cuerpos de las víctimas del sismo y el tsunami que golpearon la isla de Célebes.
Hasta ayer, la catástrofe había causado mil 237 muertos y 59 mil desplazados, según el más reciente balance de la Agencia de Gestión de Desastres.
En el recuento se incluyó a 34 jóvenes que fallecieron por un alud el viernes en la isla de Sulawesi, y cuyos cuerpos fueron encontrados ayer.
Los fallecidos y otros 52 jóvenes desaparecidos se encontraban en un campamento de estudios bíblicos.
En Poboya, en las colinas que rodean Palu, voluntarios empezaron a enterrar a las víctimas en una gigantesca fosa común, con capacidad para mil 300 cuerpos.
Tres camiones cargados de cadáveres envueltos en bolsas naranjas, amarillas y negras, llegaron al lugar.
En un primer momento, las autoridades agruparon los cuerpos en morgues improvisadas para poder identificarlos, pero, ante el riesgo sanitario, decidieron realizar entierros masivos.
Fuente: Excélsior