domingo, noviembre 24, 2024
InicioCulturaPancarta de estudiante sintetiza indignación en Brasil

Pancarta de estudiante sintetiza indignación en Brasil

Una pancarta de una estudiante en la protesta del lunes en Río de Janeiro sintetizó la indignación que se hizo oír en Brasil tras el devastador incendio del Museo Nacional: “Recortes en educación = fuego”.

Cuando las llamas no habían terminado de reducir a cenizas los 200 años de historia encerrados en el palacio que fue residencia de la familia imperial, muchos ya la definían como una “tragedia anunciada”, debida a los ajustes aplicados en los últimos años por el presidente Michel Temer.

Otros lamentaban que este episodio ocurriera en una ciudad que pocos años atrás recibió multimillonarias inversiones para organizar los Juegos Olímpicos de 2016 y la Copa del Mundo de 2014.

Y en un país, además, sacudido por escándalos de corrupción que involucran a dirigentes de casi todos los partidos. Una polémica que se metió en el debate electoral, a poco más de un mes de las inciertas elecciones presidenciales del 7 de octubre.

Según la Confederación Nacional de Municipios, los gastos del gobierno en salud y educación cayeron 3.1% en 2017 en relación con 2016.

«Esto es una consecuencia de las políticas neoliberales de este gobierno, que privilegia el servicio de la deuda, el pago de intereses, mientras que sectores como educación o cultura están siendo devastados”, explica el economista Felipe Queiroz, quien recuerda que, en 2017, 44% del presupuesto a ciencia y tecnología quedó “congelado”.

«La situación es catastrófica. Estamos perdiendo el pasado y sacrificando nuestro futuro”, agrega.

Según datos de la ONG Cuentas Abiertas, el hoy calcinado Museo Nacional, gestionado por la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), pasó de recibir 453 mil dólares al tipo de cambio promedio de 2013 a 201 mil dólares en 2017.

Hasta el 31 de agosto, sólo se destinaron 98 mil 115 reales al que era el mayor museo de historia natural y antropológico de América del Sur, con 20 millones de piezas y una biblioteca de 530 mil títulos.

«El valor es ínfimo y puede compararse a un único contrato de este año en la Cámara de los Diputados para lavar 83 vehículos: 563 mil reales”, dijo el director de Cuentas Abiertas, Gil Castello Branco. Este drástico recorte obligó al Museo a cerrar al público varios espacios y dejó desatendido el mantenimiento: los detectores de humo no estaban funcionando y no tenía seguro de incendio, según la vicedirectora del Museo, Cristiana Serejo.

El museo esperaba un patrocinio por 21.7 millones de reales, firmado en junio por el banco de fomento brasileño BNDES. Nunca llegó.

Castello admite que la falta de medios en investigación y cultura se debe en parte a la “delicada situación fiscal” de Brasil, con una caída de los ingresos y un crecimiento de los “gastos obligatorios”, gran parte de los cuales son absorbidos por salarios y el “absurdo” sistema de pensiones, que hace que un trabajador se jubile de media a los 53 años.

 

 

Fuente: Excélsior

RELATED ARTICLES

Most Popular

Recent Comments