La misión de la ONU para Libia (UNSMIL) anunció que los grupos libios que combaten en los alrededores de Trípoli han acordado y firmado un acuerdo de alto el fuego este martes.
Con este alto al fuego también se permitirá la reapertura del aeropuerto de Maitiga, uno de los principales enlaces de la zona.
Los combates entre milicias que suceden desde hace una semana en Trípoli, los peores desde el inicio en 2014, han causado la muerte de al menos 47 personas, 21 de ellas civiles, y heridas a 128, según la Organización Mundial de la Salud.
Los enfrentamientos están protagonizados por la Séptima Brigada, originaria de Tarhuna, a unos 65 kilómetros al sureste de Trípoli, por un lado, y las Brigadas Revolucionarias de Trípoli y Nawasi, dos milicias aliadas del gobierno, por otro. El gobierno reconocido internacionalmente declaró el estado de emergencia en Trípoli y los alrededores.
«Pedimos a todas las partes que pongan fin a los ataques indiscriminados y adopten todas las precauciones posibles para no alcanzar a civiles y objetivos civiles», ha reclamado la portavoz de la oficina que dirige actualmente Michelle Bachelet.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha entregado medicamentos y ha desplegado a 10 equipos de traumatología.
“Los cerca de 8 mil migrantes que han sido detenidos arbitrariamente están atrapados en centros de detención en zonas donde ha habido combates, sin acceso a comida o tratamiento médico”, decía Liz Throsell. Otros migrantes fueron liberados de los centros, pero después han sido capturados por grupos armados que les obligan a trabajar para ellos.
Los migrantes y refugiados no son los únicos en peligro. Los combates han obligado a desplazarse a cientos de libios, mientras que otras muchas personas estarían atrapadas en zonas donde sigue habiendo enfrentamientos «sin electricidad, agua y alimentos». El 2 de septiembre, al menos dos desplazados Tawerghan murieron y cinco mujeres resultaron heridas cuando cayeron proyectiles en el campo de al-Fallah, donde se refugian más de 900 personas.
En Janzour, al oeste de Trípoli, 27 familias libias se refugiaron en una escuela. Este lunes un equipo de ACNUR pudo visitarles y llevarán ayuda a las 150 personas que se refugian allí.
Según la UNSMIL, varios trabajadores humanitarios fueron atacados cuando intentaban evacuar a los civiles atrapados en el área de Jilat al Firjan. Uno de los grupos armados también habría confiscado tres ambulancias.
La oficina de derechos humanos reclama “acceso inmediato, sin impedimentos y seguro” para los trabajadores humanitarios.