Adriana Zehbrauskas, fotógrafa brasileña decidió enfocarse en una condición que ha incrementado sus cifras en nuestro país y sigue llena de estigmas: El VIH/Sida.
Es bien sabido que esta enfermedad ataca a hombres y mujeres por igual, contrario a lo que se creía antes, y tienen que luchar no sólo con la enfermedad sino también con todos los estigmas que la rodean.
Fue así como la mirada de Adriana se posó en Casa de la Sal, una organización creada para atender a personas que viven y conviven con VIH/Sida y quiso hacer algo significativo.
“Yo creo que el trabajo del periodista es intentar colgar una luz en cosas que la gente no conoce, traer conocimiento. Exponer historias de vida con dignidad y verdad, que sean un ejemplo, para hacer la diferencia. Todos somos diferentes, pero todos somos humanos y podemos pasar por la misma cosa.”
El proyecto de Adriana consistió en una serie de retratos en un fondo negro para darle un rostro a esa problemática. El acercamiento se hizo platicando con las personas que quisieran participar y que acordaran ser fotografiados para conocer un poco más de su historia. Algunos no estaban listos para dar su nombre ni mostrar su rostro, pero aceptaron ser fotografiados de una forma privada.
Además, realizó su sesión fotográfica con su teléfono, sin recurrir a cámaras profesionales.
“Lo que yo busco a través de las fotos es ese acercamiento a la realidad y que las otras personas, puedan sentir una empatía. Siempre escuchamos la misma cosa: números, los 43, pero ¿quiénes son los 43? Es difícil que una persona sienta empatía por un número.”
Y la fotoperiodista reconoce que ser mujer con VIH es aún peor que para un hombre.
“Yo imaginaba que ya no había tanto estigma en relación al VIH pero me sorprendió mucho y en el caso de las mujeres es aún peor, primero, pueden ser abandonadas, (es muy común que los maridos las abandonen cuando saben que tienen el virus), es más difícil levantarse económicamente por el estigma de ser mujer, soltera, abandonada, con VIH y muchas veces madre. Me parece que es 3 veces más complicado ser una mujer con VIH que un hombre. Es complicado en el plano económico, psicológico y más. El estigma es mucho mayor.”
Para Casa de la Sal fue muy importante contar con el apoyo de Adriana y su proyecto pues fue como darle voz a esta problemática que se vive en el mundo. Su trabajo ha sido crear conciencia en las personas y que tengan esa sensibilidad y confianza de que el VIH es una condición pero no es lo que los define como seres humanos. Que pueden tomar las riendas de su vida y sobre todo que todo tiene solución.
“En la medida en la que nosotros aceptemos nuestra realidad, nuestra vida, nuestro cuerpo y todo lo que somos como seres humanos en esa medida vamos a poder enfrentar cualquier situación, sea de VIH u otra cosa. “
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Fuente: Excélsior
