viernes, abril 26, 2024
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Las enfermedades no se van de vacaciones

El periodo vacacional significa descanso, goce, diversión y libertad, las personas aprovechan el tiempo para salir de paseo, visitar a sus seres queridos y realizar actividades poco habituales.

Es también en esta temporada cuando se rompe la dieta, algunos dejan el ejercicio y se descuida la salud, las consecuencias pueden ser el aumento de peso en el mejor de los casos, hasta la descompensación en personas que padecen enfermedades como la diabetes y la hipertensión.

La jefa de servicios de urgencias del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Querétaro, Claudia Fabiola Uribe Palacios, destaca que al término de las vacaciones incrementan hasta en 20 por ciento las atenciones a personas con enfermedades cronicodegenerativas, y ello se debe principalmente a que dejan de tomar su medicamento desatienden las indicaciones de su doctor.

«Como ya fuimos a visitar a la tía, a visitar a la abuela, a visitar a quien haya sido, comemos diferente, se me olvidaron las patillas, ¡chin! tenía mi cita, mejor no voy, ya no surtí mi medicamento, o ¡ay! como ando de paseo no me lo tomé a la hora que tenía que ser y vienen las descompensaciones, cuando llegan de vacaciones ahí es cuando empezamos a ver el despegue tremendo de estos pacientes descompensados y desafortunadamente, son pacientes que requieren una estancia mayor y nuestro servicio de urgencias se satura».

Refiere que las principales complicaciones para los diabéticos pueden ser la Cetoacidosis diabética y estado hiperosmolar anteriormente conocidos como los comas diabéticos, los cuales pueden llevar a perder el conocimiento por mucho tiempo e incluso a la muerte; en tanto, quienes padecen hipertensión pueden sufrir infartos, embolias y afectaciones en los pulmones.

«Los diabéticos descompensados son pacientes que vienen con glucosa por arriba de 300, 400 y obviamente ante esta situación todo lo que se viene, las complicaciones más comunes son la cetoasidosis diabética y el estado hiperhosmolar o lo que se conocía anteriormente como los comas diabéticos, en los hipertensos, lo más común son las crisis hipertensivas, y derivado de las crisis hipertensivas los infartos, las embolias y situación a nivel pulmonar donde se ve el fracaso del corazón y el fracaso al nivel de los pulmones».

El señor Jaime Moreno, quien tiene 58 años padece diabetes, hace más de 20 se enteró de su enfermedad, sostiene que a partir de entonces sus hábitos de vida son más estrictos, tanto en alimentación como en su rutina diaria.

«Voy al doctor, tomo mis pastillas, me ponen insulina ya, llevo una dieta, pero a veces la agarro y a veces no la agarro, pues a veces como pollo com verduras, esa es la dieta de un diabético, no tomar coca, ni refrescos, ni panes, nada de azúcar».

Reconoce que durante las vacaciones hay momentos de debilidad y llega a consumir alimentos que pueden alterar su estado de salud; su esposa, Elvira Hernández menciona que en dichos periodos cambian los horarios de comida y de descanso.

«Se levantan más tarde, la comida no es a sus horas porque se levantan más tarde, porque no tienen la presión de que van a mandar a los hijos a la escuela o de que va a abrir la tienda temprano porque hay gente. Entonces en ese caso sí se descontrola porque en vez de desayunar a las 8, va a desayunar a las 10 o hasta 11, almuerza a la 1 y ya no son los mismos horarios con su colación que va entre esas comidas».

La doctora Claudia Uribe llama a prevenir complicaciones acudiendo a consultas médicas, llevando una buena alimentación y siendo constantes en sus responsabilidades como pacientes.

«Si yo prevengo, que si soy un paciente diabético, que tengo que ir a mi consulta mes con mes, que yo sé que tengo que tener cierto grado de glucosa, por debajo de, que si tengo que tener ciertas cifras de tensión arterial por debajo de, y si empiezo a tener una constancia  como debe ser, las complicaciones que se van a presentar, probablemente se presenten muchísimo tiempo después».

Jaime, quien ha logrado sobrellevar la diabetes invita a las personas a adoptar buenos hábitos y cuidar su salud.

«Que se cuiden, yo no me cuidé mucho, pero las personas que están empezando que se cuiden -las más jóvenes- yo ya estoy grande, pero que se cuiden y sí de vez en cuando una coquita no hace daño, pero todo con medida».

Las personas que viven con diabetes o hipertensión deben tomar en cuenta que la enfermedad no se va de vacaciones; los buenos hábitos, disciplina y constancia de los tratamientos pueden marcar la diferencia.

Por: Iraí Silva

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